miércoles, 28 de junio de 2017

El primer rabo de Gus, primera parte



He pasado toda la mañana en clase deseando volver a casa para ver cómo ha ido el perfil que hice anoche (léelo aquí). No he querido mirarlo desde el móvil, en la calle. Prefiero hacerlo desde el ordenador. Me pregunto si me habrá visto alguien, y si tendré mensajes. Si no, echaré un vistazo a ver qué tíos hay por la zona, pero casi prefiero ver si alguien me ha entrado.

Cuando llego a casa no hay nadie, así que voy directo al ordenador y me conecto al perfil. ¡37 mensajes! me pongo nervioso y todo...

Vale, el primero es de bienvenida, pasando. Unos cuantos de señores tan viejos que me maravilla y me llena de esperanza hacia la ancianidad el que todavía deseen sexo. Otros en los que me piden fotos guarras. Alguno con un lacónico "hola" asociados a perfiles sin fotos ni datos ni ná de ná. Y alguno en el que sin venir a cuento me insultan. No faltan tampoco los que me ofrecen dinero o regalos. Me hace especial gracia uno que me dice:



Menudo rabo,

si quieres te lo ordeño.

Con mucho gusto te la mamo

y encima te doy dinero:

30€



Me hace tanta gracia que no lo borro de inmediato, pero empiezo a perder la esperanza. Quizás no ha sido tan buena idea esto...

miércoles, 21 de junio de 2017

Gus se hace un perfil








Me llamo Gus. Supongo que soy hetero. Digo supongo porque cuando, además de a las chicas, te quedas mirando a los tíos en el gym, algo no encaja. Así que así fue la cosa: empiezas a curiosear, y los buscadores de Internet te ofrecen un sinfín de posibilidades. Tampoco es que empieces tecleando "bukkake de negros con salto mortal y doble pirueta", ya me entendéis. Primero buscas algo en plan "chicos". Te da pudor. Ves unas fotos, los ves sin camiseta, comparas sus abdominales con los tuyos, siempre desde un punto de vista objetivo y estético, y al final te dices que a qué estás esperando y pasas a algo un poco más subido. Cuando empiezan a salir rabos es el punto de inflexión. O cierras el navegador o exploras. Y a mí me siguieron dando curiosidad.
De las fotos a los vídeos solo hay un paso, porque ¿qué gracia tiene verlo sin movimiento? Pues eso. Y un imperio de los sentidos totalmente desconocido se abre ante ti cuando ves las cosas sorprendentes que pueden meterse en un culo o la cantidad diaria de lefa recomendada.
Vas definiendo lo que te gusta y lo que no. Y empiezas a mirar a los tíos de otra forma cuando te los cruzas por la calle, preguntándote si ellos también sentirán curiosidad. Y te cansas de verlo y quieres probarlo. Ahí está el problema. ¿Cómo lo haces?