miércoles, 20 de agosto de 2014

Relato: Elige tu propio polvo 3






Esto es parte de un relato, si quieres comenzar por el principio, pulsa aquí.

 

El camarero era un tiarrón que me dejó sin aliento. Llevaba una chaqueta que marcaba sus pectorales musculosos, y las mangas debían de estar a punto de estallar. Buen culo, piernazas y un rostro atractivo, con barbita y unos ojazos de impresión. Traía unas bebidas, y yo no dejaba de mirar sus manos, grandes, fuertes. Las imaginaba ya por mi cuerpo mientras yo le sobaba a él.
 


 

Debió de darse cuenta de que estaba empalmado, porque me pareció que me miraba el paquete de reojo. Ah, otra vez, sí, seguro que me lo ha mirado.

Cuando acabó, se quedó esperando por la propina. Ya verás, machote, no te han dado una propina así en tu vida…


Me acerqué y le puse una mano en el culo. Sí, redondo y bien duro… ¿Qué? ¿Os parece un poco a saco? Bueno, pero es que esto es un relato, no la vida real. ¿Qué clase de relato sería si el camarero no me dejara ponerle la mano en el culo como si fuera lo más normal del mundo?
 

Así que le puse la mano en el culo, y el tío sonrió, pensando ya en la clase de propina que iba a tener.

 

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